Pintores Alcarreños

NA75portadaWeb  Un aniversario es motivo de celebración y más cuando se trata de tres cuartos de siglo, toda una vida. Y aunque bastante mayor que yo, Nueva Alcarria ha formado parte de la mía desde muy joven, cuando recortaba y recopilaba las noticias en las que aparecía mi padre por motivo de su actividad política, docente o como colaborador. Cuando me pidieron que escribiera sobre los artistas y pintores de nuestra tierra para el especial que ahora tiene entre sus manos, me hizo doble ilusión. La primera por las razones familiares ya comentadas, la segunda porque el periódico de nuestra provincia siempre ha mostrado una sensibilidad especial para el mundo de la pintura y, en general, del arte.

Ahora que celebramos también el cuarto centenario del nacimiento de El Greco, donde Sigüenza tiene especial relevancia en los actos conmemorativos, es buen momento para recordar que nuestra comarca ha sido cuna y testigo del nacimiento y evolución de importantes artistas. Limitándonos a los que han coincidido con la vida de Nueva Alcarria, qué mejor que empezar por Antonio Ortiz Echagüe, consagrado pintor de finales del XIX hasta mediados del XX, de estilo costumbrista con claras influencias de Zuloaga. O el seguntino Francisco Santa Cruz, un gran desconocido rescatado recientemente del olvido gracias a Alicia Davara y Lorenzo de Grandes (quienes, por cierto, hicieron una brillante recopilación de pintores de Sigüenza). Genial pintor y dibujante, claro exponente de la escuela “ultraísta”, podríamos considerar a Santa Cruz como uno de los mayores genios del siglo XX nacido en nuestra provincia.

Más recientes aunque ya no entre nosotros, merecen ser recordados Fermín Santos, de una evolución mágica del costumbrismo al tenebrismo, muy original para su época. Padre de otros dos reconocidos artistas, Raúl Santos y Antonio Viana. Contemporáneo a los Santos es Regino Pradillo, nacido y fallecido en Guadalajara. Sus prolongadas estancias en París proporcionaron a su obra una luz y textura singulares.

Carlos Santiesteban, al que tuve la suerte de conocer personalmente en mi última exposición en Guadalajara, representa hoy en día la vertiente más internacional de nuestro panorama pictórico. Su fuerte personalidad se plasma en la armónica plasticidad colorista de sus obras, recogiendo influencias del surrealismo moderno. Indagando por otra soberbia recopilación de artistas, la realizada por Antonio Herrera Casado en sus diferentes ediciones, nos encontramos a Jesús Campoamor, a quien nuestro insigne cronista le define como “uno de los más genuinos representantes de la pintura contemporánea en Guadalajara, de cuya tierra es testigo visual excepcional”.

Máximo Robisco (fallecido hace tres años), Mariano de la Concepción Torreira o Mariano Canfrán, forman parte de un ilustre ramillete de artistas que, cada uno en su especialidad y estilo, han cosechado una brillante trayectoria aglutinando una obra digna de ser contemplada. De hecho, parte de ella, la mostraron conjuntamente en una exposición en el Parador de Sigüenza, en 1999. La vinculación de todos ellos a la ciudad del Doncel y al coincidir, más o menos, en edad, permite catalogarles en una misma corriente generacional. Algo más joven, imposible obviar a César Gil Senovilla, magnífico retratista, y aunque segoviano de Cuéllar, forma parte en primer plano del tablero artístico alcarreño.

La nueva hornada, en la que me incluyo, viene pegando fuerte. Una sociedad más abierta y conectada permite asomarse a múltiples iniciativas, estilos o tendencias. La evolución se comparte y se palpa. Pero todos buscando el estilo propio que permita transmitir. Es el caso de Pedro José Pradillo (promotor, además, de numerosas exposiciones), Sergio del Amo, Antonio Mollá, Rufino de Mingo, Angela Muelas, Begoña Sánchez, Diego Romero, Javier Sanz o Blanca Muñoz, integrando en este caso la escultura al medio.

Seguro que me dejo en la paleta fantásticos óleos que merecen estar en este particular lienzo. O bien mi memoria o el espacio, limitados ambos, infringen tamaña injusticia. Pido disculpas. Porque todos ellos pertenecen, pertenecemos, a una generación en la que en España ya no da vergüenza ser artista, al contrario. Estamos en condiciones de aportar lo mejor de nosotros mismos.

Emilio Fernández-Galiano

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